Encontramos alojamiento poco antes de llegar a Kotor, en un lugar que técnicamente es aún Dobrota. La habitación es bonita y tiene vista al mar. Allí dejamos el coche y vamos caminando a la ciudad amurallada, que está a unos quince o veinte minutos. (ver crónica completa)
El balcón del hostal
Otra imagen parecida del fiordo
La Cruz Roja. El alfabeto cirílico es menos frecuente que el latino, al menos en la zona litoral de Montenegro.
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